Es imposible abarcar la totalidad de las
industrias creativas en un pequeño ensayo como este, por eso es que me centraré
en la industria de la música, haciendo énfasis como siempre en los géneros Rock
y Hip Hop tan vapuleados en un país como Colombia. La música ha venido teniendo
un revolcón radical en estas dos últimas décadas, con la salida al ruedo de las
nuevas tecnologías y el boom de la autogestión los modelos preestablecidos en
el negocio musical se desplomaron y obligaron a las personas, sobre todo a los músicos
a ser mucho más creativos, Internet es el nuevo motor de búsqueda para nuevos
artistas así como la plataforma de lanzamiento de muchos emergentes.
¿Pero cuál es el problema?, que los grandes
de la industria y los que estaban sentados en sus tronos como las disqueras,
las radio estaciones y otros agentes que trabajaban y vivían de comercializar música
no iban a permitir que les quitaran sus sueldos, por eso vimos las batallas que
vimos entre compañías nuevas de comercialización y nuevas expresiones en contra
de los grandes dinosauros que se negaban a extinguirse.
En Colombia tenemos un flagelo terrible y son
las llamadas sociedades de gestión que se resumen en una sola SAYCO-ACIMPRO,
estos “parásitos” de la música nacional llevan décadas tomando dineros de los músicos
y obligando a todo colombiano que nazca o a todo turista a ser parte de una
empresa privada y la verdad es de preguntarse ¿Por qué? ¿Cuál es el interés que
tiene el gobierno en permitir que una empresa privada como esta succione a cada
establecimiento, a cada concierto, a cada estación, a cada radio on line, a
cada evento, a cada bar, etc? ¿Cómo es que la DNDA (Dirección nacional de
derecho de autor) no ha logrado colocarle freno a este flageló aun cuando se ha
vuelto inmerso en escándalos terribles de robo, fraude, etc?
En el portal www.change.org
se montó una petición para desmontar a SAYCO, cuenta con el testimonio de cientos
de músicos y a la fecha de enviarla a la DNDA en Colombia ya llevaba recolectadas
más de 500 firmas de músicos y ciudadanos que no reconocen el derecho de una
empresa privada para recolectar dinero de todo un país y no dárselo a los músicos.
El derecho de autor se debe respetar y es
deber del estado hacer valer esto, NO DE UNA EMPRESA PRIVADA, Colombia a través
de la DNDA dice ser pionera en el área pero esto no es tan cierto, puede que
sea de los primeros países en preocuparse por una legislación por el derecho de
autor y tener una oficina para registrar las obras creadas por artistas así
como la tienen casi todos los países, pero entregarle esa concesión a una
empresa como SAYCO raya en lo inconstitucional y lo ilegal.
En Otros países en donde las industrias
creativas son parte importante de la economía como en USA, existen las
sociedades de gestión, pero funcionan de manera muy diferente, allá hay
sindicatos de músicos que hacen vigilancia, las leyes los protegen y sociedades
como ASCAP y BMI son transparentes y auditadas constantemente, lo más
importante es que el dinero que recogen lo reparten entre los músicos y se
quedan únicamente con un 20 por ciento para todos los gastos operativos, acá en
Colombia de un cheque de 10 millones de pesos, al artista le dan 400 mil, o en
otros casos le entregan el 30% del dinero y SAYCO se queda con el resto.
Pueden leer esta petición y todos los
argumentos en https://www.change.org/es-LA/peticiones/por-la-m%C3%BAsica-no-m%C3%A1s-sayco
Investigando el modus operandi de SAYCO por ejemplo
vemos que envían motociclistas a todos los establecimientos y que ellos claman
que otras instituciones como ellos son ilegales y que son ellos los únicos autorizados
por el gobierno, ¿si esto es verdad? ¿Cuál es la alianza que tiene el gobierno
con SAYCO para no permitir que otras sociedades de gestión sean creadas?, SAYCO
alega de manera mentirosa representar el 98% del repertorio mundial y esto es
sencillamente absurdo. Y cual empresa pública o del estado, pasa por casa y
casa, por negocio y negocio, por estación y estación liquidando por “uso de la música”
como si la música fuera de ellos y entregan recibos como si fueran el acueducto
o la luz y si no se pagan entonces hay multas y sanciones que pueden llegar
hasta cerrar el lugar, esto para mí no tiene otro nombre que “extorsión”, ¿Qué pasa
con los que no colocan música del catálogo de SAYCO: Igual tienen que pagar, ¿Qué
pasa con los conciertos en donde no se presenta nadie que represente SAYCO: Igual
tienen que pagar, ¿Qué pasa con los conciertos gratis como Rock al Parque donde
no hay flujo de dinero de parte del público o el que hizo juanes en Medellín:
Igual tienen que pagar, las radios, los bares, las tiendas, etc. Tienen que
pagar. ¿Es esto defensa de los derechos de autor? Ese dinero no llega a los
músicos, en Colombia aún nos falta mucho, mucho para ser pionero en materia de
la defensa de las creaciones y el patrimonio inmaterial, por ahora solo sirve
para hacer ricos a unos cuantos y para tener un edificio de mármol en donde se
hacen fiestas de 80 millones de pesos en los cumpleaños.
* Según usted, ¿a
qué se debe el impacto de los tratados de libre comercio (TLC) en los debates
internacionales sobre el Derecho de Autor?
Esto se puede tomar de dos maneras como casi todo en
Colombia, pero centrémonos en las buenas ya que para hablar de los TLC casi
todo el mundo tiene son ataques y críticas, para poder concentrarnos en los
beneficios debemos enfocarnos únicamente en la parte de derechos de autor e
industrias culturales.
Hay que aprovechar la experiencia de otros países en el
área, Estados Unidos es el primer productor de productos culturales y de
entretenimiento para el mundo, la industria existe y está estructurada,
nosotros debemos emular esa industria y aprender de ella ya que el modelo del
negocio en Colombia funciona al revés, esto se debe precisamente a que no es
claro ni transparente la forma de actuar de las entidades que tienen a su
disposición las herramientas para regular y recolectar el derecho de autor.
Comenzando porque en Colombia no tenemos ni siquiera como
registrar las ideas, cosa que en otros países si se puede, una idea es el
nacimiento de una obra y en Colombia se roban igual cantidad de ideas que de
celulares. Puede que parezca que no es importante pero si vemos qué capital
intelectual es el que tiene más valor, siempre será precisamente: La Idea, la
idea es la semilla de la obra, del producto o del proyecto.
Segundo, hay que aprender e importar asesores y empresas que
ayuden a desmontar el monopolio existente en las sociedades de gestión y las
editoras, hay que importar los modelos de sindicatos, ya se están dando los
primeros pasos con la sociedad de actores, pero si esto no se cuida terminará
siendo un nuevo Sayco, es decir, un monopolio legal protegido por el estado.
Es muy importante entonces abrirnos al mundo y que el mundo
llegue a nosotros, la clave es descentralizar los poderes para que no existan
“mafias”, repartir los poderes y las organizaciones entre varias instituciones
o personas capaces y solo ahí podremos comenzar a hablar de verdaderas empresas
culturales globalizadas.
* ¿Qué importancia
revisten las industrias culturales para el comercio internacional?
Es la industria de mayor crecimiento en Colombia y en el
mundo, las nuevas tecnologías han permitido a los artistas auto gestionar sus
carreras y fundar cientos de miles de nuevas empresas en todas las áreas de la
producción cultural. Lo importante es mantener la calidad ya que al estar el
artista en constante estado de necesidad lo que pasa es que el afán por ganar
dinero hace desviar la atención de la calidad para ofrecer rapidez y ahorro, lo
que deriva en lo mismo, si usted ofrece cosas y trabajo barato así mismo es el
producto, barato, y en la música lo podemos ver muy expuesto en Colombia, acá
el público no pide mucho y eso es suficiente para llenar noticieros y radios de
“arte” superficial. El arte de un país refleja su realidad y no tenemos que
hablar mucho mas de esto, ya sabemos que realidad está reflejando nuestra
música, nuestra TV, nuestro cine y nuestras expresiones como el teatro y los
libros. Cuando comencemos a internacionalizar los contenidos, entonces también
los mercados de fuera se interesaran en los mismos, mientras sigamos pensando
que Colombia es el centro del mundo y que la formula vieja y trillada de los
narcos, las putas y los novelones funciona, será lo único que se venda y lo
único que los compradores busquen en Colombia.
* ¿En su opinión
qué elementos, institucionales, culturales y sociales, obstaculizan el adecuado
ejercicio del Derecho de Autor y los Derechos Conexos en Colombia?
Ya lo dije en el ensayo. SAYCO. Sayco es un muro, un
monopolio legal, es una empresa que no debe existir de la manera que existe,
ellos recaudan y el dinero no llega a los músicos, SAYCO debe eliminarse y
hacer entidades especializadas que sean transparentes, que sean capaces y
sobretodo que sean honestas. Mientras tanto estamos en un pozo difícil de
salir. ¿No entiendo cuál es el negocio del país con SAYCO? Debería decirlo
públicamente.
* ¿Qué propuestas
concretas (3) podrían reforzar en Colombia el respeto al derecho de autor y
derechos conexos, manteniendo el equilibrio entre los derechos de los titulares
y las prerrogativas de los usuarios?
Crear nuevas sociedades de gestión especializadas en cada
área, en el caso de la música cada género fuerte debe tener una sociedad.
Descentralizar los poderes de las instituciones del estado que tienen que ver
con música como Idartes, Radiónica y el ministerio que siempre benefician a los
mismos ya que ha perpetuado en los puestos a las mismas personas, muchas de ellas
sin la educación o la trayectoria necesaria y estas han confundido las
entidades con sus empresas personales, considerar profesionalizar a muchos
músicos pero ojo, no en programas clásicos que no son de interés de muchos,
sino importar programas como los de Berkley u otras universidades del mundo en
las cuales la especialización es una obligación, carnetizar a todos los músicos
de profesión y brindarles subsidios y ayudas para que no vivan en constante
necesidad y puedan vivir dignamente, la lista es clara pero interminable, lo
primero que hay que hacer es que nos abran un espacio para ser escuchados.