Déjenme soñar por un rato y pensar que este mundo cambió y
por cosas de la vida alguien me dijo –Tome, coordine Rock al Parque, dirija-
así como una película- ¿Qué haría yo? Después de quejarme por años de la mala
organización y las roscas que se evidencian tendría que salir con algo
diferente, si no, me imagino la “montadera” y el reguero de insultos. Pero lo
he pensado varias veces y por eso propongo acá como haría yo las cosas,
teniendo en cuenta que es un festival público pagado por el estado y por lo
tanto debe acogerse a las políticas públicas de la cultura y los derechos.
Pero eso sí, por ser público no significa que pueda ser una “garra”.
Miren Radiónica, es una radio pública pero los que trabajan allá, algunos de
ellos piensan que es de ellos y así no se pueden manejar las cosas del estado.
Todo debe ser equitativo, ordenado pero no por eso puede ser tampoco un hoyo en
donde todo cabe sencillamente porque es de todos, y jamás puede ser un colador
de amigos y favores como ha pasado en todo lo que tiene que ver con arte en el
estado.
Yo dividiría el festival en franjas, siendo así más fácil…
les explico, se tiene una cantidad de cupos ¿verdad? Ok supongamos que son 30
por decir una cifra, entonces digo, 5 cupos para bandas invitadas, tres cupos
para bandas por convocatoria que ya han tocado en Rock al Parque más de dos
veces, 5 cupos para bandas que han tocado una vez, y el resto serán bandas
nuevas, la intención es que Rock al Parque vuelva también a ser el trampolín
que fue alguna vez para los emergentes.
Dividiría los escenarios por géneros, así tendríamos una
tarima para Metal los tres días, una tarima para Rock y sub.-géneros los tres
días y una tarima para ritmos híbridos los tres días. Además de eso en convenio
con marcas o escuelas instalaría dos o tres micro-tarimas por el parque para
que se presenten más bandas.
Olvídense de viajes de 56 personas a otros países a llevar
bandas que allá nadie conoce y fracasar. No habría dádivas para nadie y lo
primero que haría sería renovar absolutamente todo el personal que tiene que ver
con el festival, no metería “por excepción” como me dijeron hace un par de años
a ninguna banda como metieron a un montón en las últimas ediciones y de seguro
no verían las mismas bandas que han visto durante los últimos años tocando las
canciones iguales en cada festival. Y tampoco sería muy permisivo con esos
músicos que arman bandas para tocar en Rock al Parque y después ya no existen solo
para pasarse por la galleta la regla de no tocar en dos seguidos pero que como
son amigos de Idartes los meten.
El proceso más bravo y menos transparente del festival es la
elección de bandas por convocatoria. Entonces lo primero que haría sería lo
siguiente: El requisito para poder participar en la convocatoria sería asistir
a una primera reunión general (podría ser en un teatro de esos que siempre
están ocupados cuando uno los necesita, menos para TV y Novelas) y en esa
reunión todo el mundo expondría sus puntos de vista, sus motivos de
descontento, etc. Y SE LES ESCUCHARÍA, esa reunión sería un requisito, allá se
podría levantar la voz, decir de frente todo lo que se piensa y de acuerdo a
todo entonces se toman las decisiones para que la convocatoria sea transparente
para todo el mundo.
Escogería no tres sino cinco jurados y de una vez quedarían
vetadas para participar las bandas que tengan algo que ver con esos jurados,
así no pasa como todos los años que las bandas de los jurados son las que
pasan, el año pasado seis bandas tenían relación directa o indirecta con uno de
los jurados. Esto no puede seguir sucediendo, se ve mal y según los
lineamientos del Estado es una regla perfectamente lógica. De los tres jurados
dos serían internacionales, y trataría que fueran personas de mente abierta acordes con la realidad del
rock nacional y no que vengan a comparar nuestro rock con el de afuera sino a
enriquecerlo.
Esos jurados deben trabajar en una sala pública en donde
todo mundo los pueda ver y escuchar, con cámaras web en streaming en donde la
gente se va a dar cuenta que si están escuchando su material y calificando como
debe ser, el jurado debe ser idóneo, saber de música, de construcción de
canciones, saber diferenciar una banda que es buena en disco y mala en vivo y
viceversa, todo el proceso se podría observar y vigilar así no habrá problema.
Además haría dos tipos de convocatoria, para fomentar los escenarios y el rock
en vivo. Las audiciones serían en un circuito de conciertos en bares en donde
se puede observar a la banda en su estado natural.
Tomaría el modelo de logística de los festivales anteriores,
sobretodo el de 2012 que para mí fue uno de los mejores logrados en cuanto a
infraestructura, seguridad, escenarios, etc, pero para esto se contratan
productores y personal, no tomaría yo parte en áreas que no domino, pero si las
dirigiría.
Abriría el festival a otro tipo de expresiones artísticas y
la carpa distrito rock la convertiría más en una feria de la música. Así mismo
el componente académico lo llenaría de talleres prácticos no charlas o
showcases sino más bien talleres de “cómo hacer” y los certificaría. Tengan por
seguro que cada personaje involucrado debe tener las credenciales necesarias
para el cargo, nada de amigos o porque llevo 5 mil años haciendo esto soy una
estella.
Concentraría el esfuerzo y el dinero en traer tres súper
bandas, así cuesten un montón. Tres súper bandas que cierren cada una un día y
que sea la cabeza del cartel, si se puede, con tiempo y dinero todo se puede
hacer, así que no me gastaría el presupuesto en viajes o en contratar a los
amigos sino en contratar bandas buenas y el resto del cartel lo llenaría con
bandas de primera línea que estén buscando participar en los festivales de
verano del mundo.
Pondría especial atención a nuestro Rock, aunque ustedes no
lo vean así, el estado ha sido uno de los entes que más ha dañado el Rock
nacional, el Rock jamás debe depender del dinero del estado, es rock representa
ese grito rebelde pero acá tenemos bandas que son “mendigas” del gobierno, y
este a su vez le ha inyectado dinero a ciertos sectores y grupos de músicos y
gestores y han fomentado ese odio y esa desunión entre quienes no han tenido la
fortuna de ser parte del “rock del estado” que así lo nieguen si existe y ya
estamos cansado de decir los nombres. Hay bandas que ustedes solo ven en El Simón
Bolívar y en todo evento que se inventan por la paz, el agua, etc. Es por eso
que el gobierno por hacer un bien lo que ha hecho es un mal y ha sido peor el
remedio que la enfermedad. Por eso hay que desmitificar Rock al Parque, es un
festival más, es nuestro festival, importante, sí, pero no la meta máxima de
las bandas nacionales, al revés, Rock al Parque podría ser el punto de partida
para los emergentes. Ah y eso sí olvídense de carpitas para los medios que
nunca suenan a los nacionales y que en esos días se las quieren dar de héroes
del rock y llegan allá y al único que conocen es a Elkin y a Julio cuando los
ven. Periodistas mamertos preguntando quienes son los de las bandas y ¿que toca
la banda que sigue? De cada publicaci´n que se haga pediría una copia y la
replicaría en todos los medios del estado, sacaría a la venta los DVDs y la
memorabilia, convertiría el producto en patrimonio del Rock nacional, porque
eso no ha existido. Esos medios que se queden en sus empresas haciendo lo que
saben hacer que es “hablar shit”. Fomentaría todo el trabajo de los medios
alternativos que pasan rock nacional todo el día, obviamente acreditaría a
todos lo que soliciten y cumplan los requisitos pero no financiaría con dineros
públicos un lugar privado a empresas privadas que no le aportan nada al rock.
En resumen la meta de Rock al Parque sería disparar el Rock nacional hacia
nuevos niveles de difusión aprovechando un festival de primera línea para
hacerlo, codeando las bandas nacionales con excelente internacionales.
Respecto a la gratuidad del festival se podría trabajar en
donativos, las personas que entren le ponen precio a su boleta así sean 100
pesos los cuales deben depositar en la entrada, así el Rock dejaría de ser
gratis, cualquiera puede echar 100 pesos, mil, lo que quieran, si no quieren
echar nada, si para alguien el festival no vale nada entonces que entre gratis
porque así es el colombiano, amañado, todo lo quiere gratis y de la mejor
calidad. Ese punto sería bueno discutirlo.
Hay tantas cosas que se podrían hacer, tantos espacios que
se podrían abrir que, de solo pensarlo me da como comezón, pero entonces es
hora de acabar este escrito y regresemos al mundo real, al mundo en donde
vivimos, donde el año que viene sucederá lo mismo de todos los años, se armarán
las mismas peleas, contratarán a los mismos amigos, concursarán y pasarán las
mismas bandas y terminará todo de nuevo buscando la manera de que no muera
nuestro festival, el mismo que este año estuvo vacío porque el rockero de
Colombia ya no es pendejo y porque acá ver a grandes artistas ya se volvió
normal y eso es el reto más grande de la organización. ¿Cómo cautivar un
público enojado y que ya no mira Rock al Parque como el máximo festival del
país? Más cuando ahora Estéreo Picnic demostró que al menos en carteles
internacionales se puede traer una barbaridad, algo buenísimo… (La parte
nacional de Estéreo Picnic sí parece un bazar) pero la parrilla internacional
está genial. Y que lo que otrora fuera nuestro orgullo hoy lo está matando el
rock independiente auto gestionado, el guerrero, el que está llenando bares y
retomando su lugar en el gusto popular.
Pilos pues… me desperté, a soñar a otra parte, chau!!!