En una escena tan difícil
como la colombiana, mas específicamente la bogotana, en donde prima la envidia,
el odio, el ego y todo menos la música, hacer rock se convirtió en un acto de
fe. En un país en donde suceden cosas como que un locutor te dice al aire en
una entrevista que hay que sacar del rock el pelo largo, las guitarras Fender,
las camisas negras y las baquetas, hacer rock es ser un apóstol, un marginado. Acá
en donde para sonar en las radios de “Rock” hay que vestirse de colores y sonar
acordeón o guacharaca ya el espíritu rebelde y purista del género se perdió,
asesinado por los mediocres medios masivos y sus disc jockeys payoleros que no
lo dejan entrar a sus cabinas y mucho menos salir al aire, destinado a sonar únicamente
a través de los reproductores de mp3 y la radio on line.
En medio de este caos
es donde nacen bandas llenas de ira, de odio por el sistema, cansadas de tratar
y tratar y de rogar y rogar y que su música se convierte entonces ya no en música
para el publico sino en el grito de rebeldía y libertad que necesita dar el músico
para enfrentarse ante tanta mierda y es por eso que este tipo de bandas jamás
encuentra un apoyo en el mainstream, porque les dice en la cara lo miserables
que son, lo torcidos y lo puerco, en la historia del rock colombiano han
existido muchas de estas bandas y últimamente por ahí anda rodando FIXURA.
La banda es
básicamente un Dueto, conformado por músicos de larga data pertenecientes a
bandas de la ciudad de Bucaramanga como “Borroza” o “Perpetua venérea”. Con un proceso de grabación y composición a
cuestas que viene desde hace un par de
años y por fin logran sacar su álbum debut D-MENTE, cargado de guitarras
contundentes y de una voz visceral que no le interesa la armonía sino el
mensaje, una banda que recuerda los mejores tiempos del trio de punk paisa
NADIE.
Y es que es en el punk
donde se mueve “Fixura”, aunque a veces en sus riffs escuchemos tintes de
Metal, el punk es su bandera, por sus letras, por su actitud, porque cuando uno
habla con Mauricio Pimiento su vocalista se nota en él la pasión de tener ese
disco en la manos –Usted no sabe lo que toca pasar en este país para sacar un
disco- dice, y claro que lo se, he sacado algunos y ya toca acostumbrarse a la
rutina de mostrarlo, rogar, buscar y recibir las negativas, pero Mauricio no
quiere aceptar esto, el cree que por derecho propio tiene un espacio en las
ondas de estos medios cerrados. Y tal vez tenga razón, ¿al fin y al cabo quien
debe juzgar la música? ¿El publico o un ingeniero ambiental al que papi le
consiguió un espacio para sentarse en una radio? Por todo esto FIXURA grita con
fuerza para que eso cambie.
Ya aprendieron la lección
mas importante, que por ahora nadie vive del rock en Colombia pero que estamos
luchando para que eso suceda, que hay que financiar el Rock con otras
actividades, que la banda no es un papa que da plata sino un hijo al que
mantener, y esas lecciones mis amigos son valiosas, porque entonces el afán de
fama y fortuna se estanca y comienza la etapa del disfrute, cuando uno entiende
por fin esto, es cuando comienza a disfrutar de su banda y a tocar para ser
escuchados, no para almorzar.
Les recomiendo
entonces escuchar el disco de FIXURA, lo venden, vale 20 lukas, ni un peso
menos, ¿Por qué encima le van a colocar precio a mi arte? Dice con furia
Mauricio, después de todo lo que he pasado para componer, grabar y sacar este
disco encima quieren que lo regale, el que quiera apoyar pues esta bien… y la
verdad para mi los vale.
FIXURA-DMENTE