¿Residente? ¿CaféTacvba? ¿Control Machete? ¿Bomba Stereo? ¿Julieta Venegas? ¿En serio? Buenos artistas ¡sí!, ¿bandas de Rock? Jamás, nunca en la vida, más que en la mente de ese aparato comercial e insulso que se muestra en el documental, liderado por personas que desde siempre buscaron el triunfo económico y no la construcción de un género, comprobado por ejemplo en la frase de Charlie García después del último concierto de Sui Generis al llenar el Luna Park… -¿Y si seguimos despidiéndonos para siempre?-
Así que “Rompan todo” se queda al final en un recorrido por lo que Gustavo Santaolalla piensa en su mente que es rock pero que nunca lo fue, con excepción de algunas bandas que se nombran y pasan por encima de ellas rápidamente en la serie, pero en general, lo que muestra está equivocado, esa no es la historia del rock latinoamericano, es la historia de un movimiento de fusiones entre el pop y el folclor que quiso pasar como rock porque la historia lo quiso así, en Latinoamérica nunca hubo Rock, nunca hubo Metal, mientras eso sucedía en el mundo acá nos mataban las dictaduras o las mafias, nos vetaban por todas partes y prohibían lo que venía de afuera, no sean ilusos, ese movimientillo de una música que quiso ser trasgresora terminó haciendo más daño que otra cosa al verdadero rock latino, arrodillado a los gobiernos y al stablishement, pareciendo más una parodia, un desfile de carnaval que algo serio, terminó borrando a ese enorme grupo de bandas y músicos que no salen en el documental, a ese que ninguno de ellos conoce, es increíble escuchar a aquellos que creen que “La Negra Tomasa” fue una canción de rock, eso está bien para revistas comerciales como Rolling Stone o Shock, pero no para algo serio sobre el tema. De hecho, piensen que los protagonistas de la serie pasan todo el documental pensando ellos mismos si fueron rock o no, ni siquiera ellos lo saben, lo dudan porque lo que saben es que están muy, pero muy lejos del género.
“Rompan todo” debería cambiar su subtitulo de “la historia del rock latinoamericano” a uno más acorde que refleje lo que muestra, una búsqueda de identidad de un sonido que, sí se dio, que sí encontraron, nació y fue genial, que sonó, que tuvo exponentes enormes como Prisioneros, Soda Estéreo, Café Tacuba, Aterciopelados, pero que jamás, ni porque lo quisiéramos creer en algún momento fue rock.
A eso le faltó mucha rabia, mucha distorsión, le faltó mucha pelea, porque es la historia de esas bandas que nunca lograron competir en el mundo con los grandes nombres, que nunca pudieron pararse al lado de AC/DC, Guns and Roses, Metallica, The Cure, Hendrix, etc. Sino que tuvieron que crear un nicho propio, una burbuja, electrificando todo el folclor para poder hacerse notar, un sancocho que funcionó en algunos momentos comercialmente y que siempre nos han querido vender como el “rock en español” o “latín alternative”.
Esta es sencillamente la mejor manera de demostrar cómo las personas se quedan siempre con la historia oficial, con lo que tienen a la mano y aceptan como verdad la doctrina sea del estado o del mercado. Entonces, el llamado es a que investiguen y ahonden es sus escenas locales a través de los medios especializados e independientes que se dedican a cubrir las escenas locales en todos los países, los sonidos fuertes, lo que le rinden culto al género porque ahí van a encontrar la veradera esencia y el conocimiento para dejar por fin atrás las dudas y entender la diferencia entre el rock y las demás músicas.
Para concluir, "Rompan todo", lo único que rompe es la dignidad de un género que existe, pero que vive entre las sombras por culpa estos discursos nacionalistas postizos que disfrazan de rebeldía el querer volver comercial las escenas folclóricas locales.