Hay dos cosas de nosotros los colombianos que son insoportables, la primera es su testarudez, en este país nadie se permite la oportunidad de escuchar y de aceptar una realidad. En este país las personas así hallan escuchado 400 o 500 veces la explicación siguen sentadas en su ficción y la defienden, la defienden incluso cuando saben que es ignorancia pura. Y la segunda, que se ofendan por todo menos por lo que de verdad deben ofenderse, acá uno le dice a otro que es feo y se convierte en enemigo público, hasta amenazan de muerte, matan… ah pero cuando ven que desde el gobierno desacreditan a una persona o que se roban millones de dólares nadie dice nada, Colombia es la hipocresía hecha pueblo.
Acabo de ver nuevamente un mensaje en Facebook en donde claman que en
pleno 2021 hay personas que se “ofenden” porque hacen un festival con
variedad de géneros, y volvemos a lo mismo, a la misma conversación
eterna, porque el colombiano no entiende, porque el colombiano jura que
se las sabe todas, porque el colombiano nació sabio y sin terminar
siquiera el bachillerato ya es un genio, porque si estudia según Chucky
García es “superioridad de tablero”. Y eso es lo que nos tiene sumidos
en una miseria de realidad, en una letrina hecha país, si el colombiano
no estudia y cambia su manera de pensar esto seguirá siendo la tierra de
la corrupción, los narcos, las putas y los emperadores.
Una
afirmación así sobre los festivales en este país es peligrosa, tal vez
para quienes la hacen, en su pequeño mundo dentro de su mente es muy
sofisticada y es progresista, pero no lo es en la realidad por el
contexto. Y lo voy a explicar, aun sabiendo que los genios del olimpo
criollo se van a ofender, aun sabiendo que los grandes “curadores”
empíricos formados en las calles bogotanas a puro pulso no lo van a
aceptar y que los borregos muertos de hambre rockalparqueanos que no les
gusta pagar por entradas a conciertos nacionales los van a aplaudir,
los culpables de que en este cagadero una boleta siga costando los
mismos 10 mil pesos del año 1992.
Entonces sáquemos el tablero y
la plastilina para explicar nuevamente lo siguiente: !No! no está mal,
!escuchen bien! No está mal hacer un festival con diferentes géneros. Si
quieren hagan mil malditos festivales pagados por ustedes mismos y metan Cumbia, Reguetón Heavy Metal, Hip Hop, lo que su mente les plazca, eso
es genial. De hecho, en el planeta no hay muchos festivales que lo hagan porque en el mundo no es rentable
y ver uno así sería hermoso. Lo que es pecado mi querido rebaño de
ovejas de mente abierta, lo que es un delito, una deshonestidad, un acto
de estupidez, es que se cree una política, oigan bien, una POLÍTICA
CULTURAL, escuchen de nuevo UNA POLÍTICA CULTURAL llamada ROCK al parque,
cuya finalidad sea preservar y apoyar el rock hecho en Bogotá y le
zampen cumbia. Eso es una imbecilidad mis queridos genios visionarios y defender esto es ser complice de corrupción lo cuál lo convierte a usted es un corrupto y aunque no lo crean, porque los colombianos juran que la corrupción es "viveza", ser corrupto es muy puerco, da asco.
Respondan una pregunta en su mente: ¿Que sucedería si fundáramos un ministerio para la
comunidad afro y ponemos a un hombre blanco racista a dirigirlo? A un personaje de ojos
azules más blanco que la nieve, pero ojo, no la nieve de Netflix políticamente correcta que se asemeja más al carbón, sino la nieve de la realidad, la del mundo, la que és. Y qué sucedería si las ayudas económicas
destinadas para la comunidad afro se las damos a los tres amigos
blanquitos del ministro, ¿Qué sucedería? Me niego a creer que un ser humano con una mediana capacidad intelectual no comprenda el punto.
Hace unos años Colombia realizó
una campaña para defender el Vallenato porque sentía que los “nueva
ola” lo estaban destruyendo. El país logró que el género fuera
convertido en patrimonio oral de la humanidad, OJO, no musical porque ni
para eso daba, !ORAL! Para preservar sus formas y sus letras. Aaaaah pero
está bien zampar cumbia a un festival realizado con dineros públicos
con la finalidad de preservar y apoyar el rock. Es de estúpidos pensar
que eso está bien.
Pero al final ¿Quién le cambia la realidad a
un colombiano? ¿Cuándo han visto un colombiano que diga “yo no pensaba
así, pero a raíz de las evidencias y del argumento voy a cambiar lo que
pensaba? !!!JAMAS!!! Porque sería “superioridad de tablero”, conformémonos
entonces con que ustedes crean que pelear contra un festival corrupto y
deshonesto es tener la mente cerrada o que “no le gusta sino el metal”,
conformémonos con que la respuesta a esto sea “guitarrita”, “el polo
polo del rock”, “El Suso el paspi del rock”. Prefiero ser eso a ser un ladrón, a ser el
Pablo Escobar de los festivales, el narco de las artes, los Nule de
las tarimas. Eso si da tristeza. Entonces la próxima vez que vayan a
abrir el hocico para expulsar una frase estúpida como “en pleno 2021 y
todavía hay personas que se ofenden por hacer festivales con más de un
género” procure pensar, usar el cerebro, estrenarlo para saber en que
contexto se dicen las cosas. Porque están siendo cómplices de peculado,
hurto, desvió de fondos y abuso de poder. Pero claro, ¿A quien en esta
finca corrupta le importa eso?
Espero no comiencen de nuevo a insultar, a llamar a Actualidad Panamericana para que me desacrediten o a vociferar sus argumentos inteligentes como "Guitarrita", "El Polo Polo del Rock", etc. Yo creo que si se esfuerzan un poco, el cerebro les da para más y para corregir los errores y visibilizar el problema.
La clave de la educación no es enseñar, es despertar.
Ernest Renan
Foto de Harrison Haines en Pexels