Por, Andrés Angulo Linares
En el papel había sido retratado un hombre alto, de lentes y barba, quien detrás de un bajo y rodeado por dos amplificadores hacía realidad un sueño a través del rock. Dicho retrato era la captura que dibujaría su pequeño de siete años sobre la presentación que acababa de realizar su padre ese 3 de agosto de 2016 en una de tantas tarimas en las que ha participado. Su hijo, sin saberlo, le estaba enviando una señal para comenzar otra etapa en su amplia trayectoria musical. No había dudas, a partir de este instante, el músico colombiano radicado en Toronto desde hace 14 años, se preparaba para aceptar la invitación que le hacía el destino para seguir un nuevo rumbo, esta vez, bajo el nombre de Xavier.
Como muchos artistas, Javier Gutiérrez se acercaría a la música cuando apenas era un niño. Bastaría con ver a su padre interpretar la guitarra para que sintiera esa curiosidad de interpretar ese instrumento, símbolo de diversos géneros musicales, pero que en el rock ha forjado leyendas que han dejado su legado en el tiempo.
Su primer acercamiento real con la guitarra se dio cuando Javier, zurdo de nacimiento, llegó a la adolescencia. Sin reparos, el chico de 12 años, aprendió a adaptarse a ella con la con la mano contraria y a través de cancioneros a adquirir sus primeras nociones técnicas básicas.
Javier, en Led Zepellin, descubriría el amor por el rock. Gracias al grupo británico se despertó la inquietud de acercarse a la batería, instrumento en el que se formó durante tres años. También, gracias a las lecciones de literatura recibidas durante la época de colegio, se acercaría a otra pasión que lo atraparía de por vida: la literatura. Entre Homero, Mark Twain, Pablo Neruda, entre otros autores, el artista encontraría la conexión entre las dos expresiones que no tardarían en convertirse los ejes fundamentales de su trayectoria.
Aquellos
primeros pasos, aun durante la etapa del bachillerato, dieron origen a
Gelatina, proyecto que alcanzaría a grabar un acústico con cuatro
canciones propias en una emisora juvenil del F.M., mismo que ahora forma
parte del extenso baúl de recuerdos en la trayectoria musical de
Javier.
Se acercaba el final del milenio y con este,
el deseo creciente de Javier por probar suerte, junto a su novia –o musa
como el la llama–, en Groton, Connecticut. Allí, en las tierras del Tío
Sam, lejos de su tierra y con la mirada fija en un sueño, Javier
compraría una guitarra, con el fin de acercarse de alguna forma a la
música.
—Use más de la mitad del dinero que traía en
mi mochila para comprarme una guitarra. Busqué cómo involucrarme en la
música, participando en el coro de una iglesia, también hice arreglos
musicales para una banda cristiana de salsa—. Explica Javier.
Sin
embargo, sería en Toronto –próximo destino– para Javier y su familia,
donde su carrera musical sufriría una transformación definitiva con
miras hacia ese sueño que se dibujaba para él a través del rock n’ roll.
—Allí me encontré con un músico y amigo del alma,
Mauricio Moreno. Él también había realizado sus primeros pasos
artísticos en Colombia participando en diferentes proyectos—. Agrega el
artista.
Los primeros pasos para los dos músicos sería
en la composición musical de algunos cortometrajes. Más adelante, se
abriría la oportunidad de participar, bajo el nombre de Audio Ritual, en
un pequeño festival y de esta manera darse a conocer en el país con la
recién formada agrupación. Inquietos por explorar diversas
posibilidades, Javier, Mauricio y otros artistas latinos radicados
también en Canadá, darían comienzo al Rock Your Spanish, evento que
lograría extenderse por cuatro años en igual número de versiones.
La
presentación realizada ese 3 de agosto de 2016, sería para Javier el
fin de una etapa en su trayectoria musical que daría comienzo a una
nueva bajo el nombre de Xavier, que surgió como epifanía a través del
dibujo realizado por su pequeño hijo y con el cual, además, rinde
homenaje a su compañera de vida, misma que ha estado presente en todo
momento en la vida del artista desde la adolescencia.
Xavier
también es una exploración musical, un juego de colores y de ritmos que
encuentran en el rock una base sólida y en la fusión de sonidos una
identidad. La realidad, las vivencias más íntimas y las emociones
internas del artista son materializadas en canciones que trasciende más
allá de la estética para entregar, de manera sutil, un concepto.
Brebaje
Vol 1/2, sería el primer EP con el que Xavier se presentaría
oficialmente en el mercado musical, el cual está integrado por seis
canciones, entre las que se incluye el tema homónimo a la producción y
que ha acompañado al artista durante toda su carrera.
Fiel
a esa esencia latina que se riega por las venas y que se manifiesta en
la cotidianidad de los nacidos en esa parte del continente, que ha sido
atravesada por sonidos caribeños, africanos y folclóricos, la propuesta
de Xavier conserva esa textura musical que dota de identidad a cada una
de sus canciones.
—Es imposible desligarte del ADN
Latino. He aprendido a explotar mejor esas cualidades y ese orgullo que
te obliga a hacer lo que sea para sacar la familia adeante. También ese
positivismo que enriquece a los demás. El Latino siempre desea aportar
algo y –por qué no– ser centro de atención—. Señala.
Brebaje
Volumen Medio contó con la participación de reconocidos músicos
colombianos: Mauricio Montenegro, baterista de Aterciopelados; Sergio
Lozano, quien formó parte de Pasaporte y Chato Rivas, exbajista de La
Derecha quien, además ha colaborado con Shakira, Maia, entre otros y que
en este trabamó también participó como productor.
La
pandemia permitió provocó una ruptura en la dinámica de producción y
grabación que venía adelantado Xavier, quien logró adaptarse a sus
compañeros de agrupación, a ese nuevo esquema de trabajo y así continuar
con la labor hasta el momento realizada.
Brebaje
Segunda Mitad, es la otra parte del EP inicial, la cual explora con
otras posibilidades, pero al mismo tiempo conserva el concepto que
identifica la música de Xavier.
—Es la misma esencia
de lo que soy yo; pero hay muchos más sonidos, mucho juego de voces. Es
una producción mucho más grande. También es conjunción de ideas
transmitidas a la distancia.
Al igual que la primera
parte, Brebaje Segunda Mitad, cuenta con la participación de grandes
exponentes del rock nacional. En esta producción, además de la compañía
de los músicos anteriores, Xavier invitó a Alfredo Neira, quien
intervino como ingeniero de sonido y productor.
Si
bien Xavier no lo menciona directamente, ni en la composición musical es
un factor evidente, Brebaje Volumen Medio y Brebaje Segunda Mitad, son
trabajos que pueden interpretarse como conceptuales, teniendo en cuenta
que entre ellos hay un hilo conector que ha dado inspiración a cada una
de las canciones, las cuales retratan momentos significativos en la vida
del artista.
Xavier, de esta manera, continúa con un
proceso musical que inició hace más de 20 años y que a hoy es la
materialización de un sueño a través del rock